Con esta entrada inauguro una nueva sección en el blog: Pájaros en la cabeza, sobre mi día a día: cosas que leo, cosas que veo, cosas que pienso…
Y doy inicio con un tema bastante mencionado: la empatía
Todos creen saber sobre la empatía, y casi todos creemos que la ponemos en práctica de la correctas manera.
Concepto: es el sentimiento que nos permite sentirnos identificados con las situaciones humanas ajenas.
En fin: es preocuparse por los problemas del otro aunque no te repercutan en nada.
El verdadero amor al prójimo como a sí mismo.
Pero la empatía no es el simple hecho de sentirse identificado con dicho (s) problema(s), dar apoyo, y ayudar; la verdadera empatía va más allá.
Es abordar la situación de una manera que les permita a esas personas salir por sí mismos.
Optimismo trágico hacia un tercero podría llamarse.
(más adelante espero abordar este interesante tema ).
Entonces los tres pilares de la empatía son: escuchar, apoyar, estar y ayudar.
Nadie conoce mejor el sufrimiento de alguien, que el mismo que lo está sintiendo. No importa lo cercana, conocida o semejante que sea la situación, el solo hecho de que seamos personas diferentes, varía en mayor o menor medida dicha situación.
Cosas incorrectas que decimos con frecuencia, y tildamos de empatía:
(ya se ha abordado mucho en el mundo de la psicología que son contraproducentes).
-Sé que lo lograrás
-Tú puedes
-Comprendo tu situación
-Comprendo tu dolor
-Pasé por una situación similar; sé cómo te sientes
-Verás que saldrás de esta
-Échale más ganas, y verás que lo logras
…y otras tantas donde solo se aboga por la fortaleza humana que crees que tiene esa otra persona.
Suena mal que luego de tantos post motivacionales que dejo por aquí y por allá, venga a decirles que eso no ayuda en nada; pero es cierto, lo único que hace es crear esperanzas en demasía, sobre ninguna base, esperando que la persona que lo escucha sea lo suficientemente sugestiva (y un tanto idiota) para creer que su situación, solo por tener esperanza, mejorará.
Pero no es que las frases motivacionales estén mal, erradas (tal vez solo un poco erráticas en ocasiones), es que son solo ‘frases’, cosas de las que te puedes asir para encontrar las verdaderas herramientas que te hagan salir de la situación.
Así que, sigamos leyendo frases motivacionales, pero solo como guía; con la fe y las acciones correctas por bandera.
¿Recuerdan el chiste de Dios enviando las tres barcas tras en diluvio? (lo pongo debajo, para el que no lo conozca); pues es justo eso: la fe (llámalo también esperanza, confianza en la solución, etc, etc) sin acción, no es nada; no resuelve nada, no ayuda en nada.
Si quieres hacerlo (o tienes que hacerlo, pues muchas veces nos vemos presionados por nuestra bondad humana), estas frases modificadas son las más adecuadas:
-Sé que harás todo lo que esté en tus manos para salir adelante
-Que sepas que cuentas con mi apoyo para lo que necesites
-No debes dudar en buscar ayuda de quienes cuenten con las herramientas para ello
Tip: en vez de verbos impositivos como ‘tienes’ ‘haz’ ‘actúa’ usa otros más nobles y flexibles como ‘debes’.
Es un simple cambio de chip. Paradójicamente es más difícil para nosotros, que el que tenemos ya conectado por default evolutivo.
Lo más probable es que no ayudes emocionalmente en nada a la persona, en ese momento; pero a la larga, lo hará, pues le dará los utencilios para salir, por si mismo, con sus propias decisiones, de la situación per se.
A continuación, el chiste.
<<Estaba un náufrago en el medio del mar pidiéndole a Dios que lo ayudara a regresar a su casa.
En eso aparece un barco y le dicen al náufrago: ¡Está salvado! ¡Suba al barco!
El náufrago responde: no, gracias, Dios me ayudará.
Al rato, otro barco pasa por allí, le gritan lo mismo, y el hombre les responde: ‘no quiero barcos que me salven, será Dios quien lo haga’.
Luego, otro barco, y más de lo mismo.
El hombre muere y va al cielo. Al encontrarse con Dios le pregunta desperado: ¡Dios! ¿Pero por qué no me ayudas?’.
Dios le responde: ‘Pero si te mandé tres barcos, y no te subiste a ninguno, idiota’>>.
Bibliografía:
Ideas al traste 