Extrañar es algo extraño; se extraña lo bueno, y lo malo. Se extraña a cada minuto (incluso sin estar conscientes de ello). Se extraña en palabras, en imágenes y sonidos. Se extraña el olor. Se extraña el momento y el lugar. Siempre se extraña, aunque no queramos. Y es porque en realidad no queremos dejar de extrañar; porque extrañar es una estrategia de la mente para que no olvidemos recordar. Y extrañar no es aferrarse al pasado (malo, bueno, regular), ni es ‘vivir en él’, como mencionan los que dicen ‘vivir solo el ahora’; es entender que el pasado es parte de ti, parte de la energía de tu alma: máquina recicladora de memorias. Extrañar no es querer volver al ayer, es continuar hacia el futuro sin olvidar lo que fue. Hoy extraño un cucurucho de maní, sin saber porqué. Y no me importa entender la causa; se siente (y ‘se huele’) tan bien.
Es cierto. Me gusta tu argumento 👏 👏 👏
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