A veces necesito viajar a un sitio
que solo mi mente entiende,
porque solo en ella existe;
un sitio inmune a la constante del tiempo
y a la energía del cuerpo,
donde no haya ideas, ni impulsos, ni sentimientos;
un sitio donde la ausencia me haga extrañar,
reactivar las ganas,
y darme cuenta de cuánto necesito mi realidad.